El suelo es un factor importante par dar carácter a los espacios de tu vivienda. Si se quiere cambiar el suelo, hay que saber elegir bien y rentabilizar correctamente la inversión realizada.
1º. Elegir la opción más eco:
Si uno quiere un suelo de tarima maciza, debe fijarse en su etiqueta y asegurarse de que está comprando madera certificada que proceda de bosques gestionados de manera sostenible.
2º. Tarima maciza, máxima calidez:
Elegantes y resistentes, los suelos de madera natural aportan confort y pueden durar toda la vida si se cuidan correctamente. Las lamas se pegan al suelo si su grosor es hasta 15 milímetros; si tiene más, es mejor clavarlas sobre rastreles.
3º. Multicapa, más económicos:
De fácil instalación flotante; con mejor resistencia a los cambios de temperatura; con posibilidad de lijarse y más baratos. Los parques multicapa (cuentan solo con una capa de madera natural sobre otras de listones) son un alternativa barata a los suelos de tarima maciza.
4º. Vinílicos, ahorro y comodidad:
En distintos formatos, los suelos de PVC son los más económicos, muy fáciles de transportar e instalar y son buenos aislantes. Su mayor inconveniente es que se pueden arañar o, incluso, rasgar con mucha facilidad.
5º. En la cocina o el baño, gres porcelánico:
De gran dureza y casi nula absorción de agua, este pavimento cerámico es el mas apropiado para los espacios más húmedos y transitados de la vivienda.
6º. El sistema en clic:
Por su sencillez, el sistema en clic (las lamas se encajan por machihmebrados) es el método de instalación más usado, especialmente en los laminados.
7º. Laminados:
Realizados con un acabado plástico sobre una base de derivados de madera, los laminados son fáciles de instalar, resistentes a los golpes y no absorben las manchas, por lo que son la mejor opción para suelos con desgaste. No se pueden fijar ni barnizar.
Foto vía Pav y Parquet