Siempre es bueno limpiar a diario con el fin de evitar darse una paliza durante el fin de semana. Así, uno se organiza y consigue una limpieza adecuada tanto en el baño como en los dormitorios de la vivienda.

1º. El baño:

Tras ducharte y antes de salir del baño, revisa y tira los botes vacíos, el cartón del papel higiénico y cualquier objeto innecesario que solo provocar desorden y suciedad. Además, los azulejos hay que limpiarlos después de ducharte o cuando uses el agua caliente.

La cortina es una fuente de gérmenes por lo que es importante mantenerla bien limpia. Para ello, quita todos los días los restos de jabón echando agua con la ducha antes de salir.

Un truco para los sanitarios es echarles vinagre una vez a la semana. En unos 10 minutos estarán limpios, listos y relucientes y sin apenas esfuerza por tu parte.

En cuanto a la mámpara, se deben secar las gotas que quedan tras ducharse en dos minutos y, además, se tiene que pasar cada dos días una bayeta para que no sea acumule la cal.

Por último, hay que repasar los grifos con una bayeta de microfibra a diario y tener a mano las toallitas multiusos pues son muy socorridas.

2º. Los dormitorios:

Si no quieres trabajar el fin de semana, lo mejor es cambiar las sábanas cada viernes. Se meten a la lavadora y se lavan directamente. Así, estarán lista para la noche del viernes.

En los cuartos de los niños hay que mentalizarles de que sean limpios y ordenados; tienen que recoger sus cosas, quitar los papeles, ordenar su ropa y colaborar en la limpieza.

En cuanto al colchón, conviene, cada 15 días, darle la vuelta y ventilarlo un par de horas; con ello lograrás mantenerlo en forma y se evitará tener que aspirarlo todas la semanas.

Foto vía Little Mars

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