Existen una serie de trucos y consejos para que los manteles, las sábanas y los visillos vuelvan a estar tan blancos como cuando se compraron y luzcan su blancura plenamente. Y todo ello sin necesidad de perder tiempo frotando varias veces.
1º. A la hora de lavar la ropa:
Aunque es obvio, hay que separar la ropa de color de la blanca. No se debe mezclar tampoco con ropa clarita pues, aunque no la manchará, hará que adquiera un tono grisáceo. En el aclarado, se puede añadir una cucharada de perborato, un blanqueador ecológico.
Además, la ropa de algodón admite temperaturas altas, en tanto que si lleva fibras sintéticas, lo ideal es lavarla a unos 30 grados centígrados. Ante la duda, recomiendo ver la etiqueta.
2º. Ayudantes para la blancura:
En el momento de comprar un detergente, hay que fijarse si incorpora oxígeno activo. Se trata de un blanqueante químico, como la lejía, que recupera el blanco y actúa contra las manchas.
Por otro lado, los blanqueadores ópticos son compuestos químicos orgánicos que absorben la luz ultravioleta multiplicando la sensación visual de blancura. En la etiqueta se puede si los lleva.
3º. Tratamiento de shock:
Si la ropa ha cogido un tono amarillo o gris intenso, se puede probrar con un ultrablanqueante; en un lavado recuperarán el blanco original. También se puede optar por añadir vinagre blanco al último aclarado. Y si se quiere evitar manchas amarillas en la mantelería, se debe guardar sin planchar.
4º. Cómo guardar la ropa:
Se debe guardar la ropa blanca de casa en un lugar fresco y oscuro. También hay que envolver las prendas delicadas en papel azul, que no deja pasar la luz, siempre y cuando se asegure que no destiñe.
5º. Truco casero:
Para eliminar las manchas amarillas, un buen truco es frotar la ropa con agua oxígenada rebajada en agua. Y si se quiere volver a tener los calcetines blancos, se tienen que sumergir cinco minutos en agua hirviendo con limón.
Foto vía OMO
