En septiembre, se puede seguir luciendo un jardín florido y decorativo. A partir de la segunda quincena de este mes se puede empezar a plantar madroños, adelfas, laureles, rosales, crisantemos y rosales. También es hora de aplicar el fertilizante al césped y a las plantas del interior y el exterior.

Además, hay que retirar las malas hierbas, controlar las plagas y eliminar las flores marchitas y las hojas secas. Asimismo, es el momento adecuado para multiplicar las plantas por división de mata o esquejes.

Por otro lado, os recomiendo apostar por la zamioculca. Se trata de una de las plantas menos exigentes y, al mismo tiempo de las más bonitas. Encima, es muy agradecida y crece desenrollando sus hojas de un espléndido color verde oscuro y brillante.

Para cuidar a la zamioculca hay que regarla ligeramente con agua tibia con un poco de fertilizante; además, debe tener una adecuadad temperatura ambiente y resulta apta para zonas más o menos oscuras.

Por otro lado, el final del verano resulta la época idónea para sanear y preparar el nuevo césped del jardín. Para ello hay que amontonar con el rastrillo las hojas caídas y hacer un compost, además de estratificar, semillar, abonar y podar plantas y setos.

Ya en el interior del hogar podemos aprovechar las plantas del jardín que se encuentran en esta época en plena floración para lucirlas al máximo en bonitos floreros. Te dará un toque muy limpio y moderno. Con unas pocas flores podremos elaborar un precioso florero para cualquie parte de nuestra vivienda.

Otras ideas para dar un aire florido y ameno a tu hogar pasan por apostar por un vinilo a base de un jardín florido para alegrar las paredes de cualquier habiación. También triunfan los cojines que evocan la naturaleza en estado puro para el salón o la habitación.

Foto vía Plants are the Strangest People

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