Una casa sin plantas es como un cielo sin sol, como una cara sin sonrisa, como una vida sin felicidad. Las plantas dan un toque especial, divertido y alegre a nuestro hogar. Además, de beneficiar de forma indirecta a nuestra salud. Por lo tanto, en toda casa debe haber plantas, más o menos, pero su presencia resulta vital.

 Cuando un hogar  puede disponer de  jardín, por más pequeño que sea este, adquiere un aspecto diferente y ufano.  Ello es debido a que las plantas otorgan este toque jovial y natural a que todo hogar precisa. Decoran, alegran y, encima, ayudan a nuestra salud tanto física como mental.

Las plantas ejercen una influencia positiva en la vida del ser humano en los hogares y lugares cerrados. Así, muchas empresas colocan diversas plantas y flores en sus oficinas con este fin. Provocan varios efectos positivos. 

De este modo, las plantas oxigenan, filtran y purifican el aire. Asimismo, en estancia cerrada  donde no se abren las ventanas ni se ventila de forma regular, que existan varias plantas resulta muy útil toda vez  consumen el dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno limpio.

Además, las plantas  absorben, en mayor o menor medida,  la contaminación provocada por el tabaco y la cocina, y captan los gases de los aerosoles y limpiadores domésticos.

Por otro lado, las plantas ayudan a mejorar el ánimo y el bienestar por sus indudables efectos psicológicos y anímicos positivos con el simple hecho de contemplar su belleza, su forma y su singularidad. Por ejemplo, cuando uno ve un rosal no puede sentir otra sensación que no sea de paz y tranquilidad.

Por último,  las plantas aumentan el grado de concentración y comprensión y mitigan sentimientos negativos como el miedo, la ira o el enfado.  Incluso varias investigaciones han corroborado que el hecho de trabajar con plantas reduce el  el ausentismo laboral y, además,  incrementa la  productividad.

Foto vía Mundo Medicinas

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