Organizar una cena formal en casa puede ser un placer o convertirse en un quebradero de cabeza. Se puede conseguir sin grandes complicaciones si se siguen los siguientes consejos:
1º. Determinar el número de invitados:
El espacio disponible resultará clave en este asunto. Por ejemplo, sería un error invitar a ocho si el sitio solo vale para seis personas. Si la mesa es amplia, pero faltan sillas, se pueden usar las de la cocina. Se recomienda intercalarlas o bien colocar las diferentes en las cabeceras.
2º. Comprobar que se tiene todo para montar la mesa:
En primer lugar, hay que asegurarse que el mantel no esconde manchas inoportunas y de que cubre la mesa una vez extendido. En cuanto a las servilletas, no se deben utilizar de papel. Se tiene que usar iguales, impolutas y de tela.
En relación a la vajilla, se deben tener piezas suficientes para servir el menú a todos los comensales. Si no hay otro remedio y se mezclan vajillas, se recomienda sustituir juegos completos. Así, parecerá que se ha jugado a los contrastes.
Por último, no hay que agobiar a los invitados con un montón de copas. Una de vino y otra de agua bastarán. Si no se tiene copa de agua, se puede usar un juego de vasos que no esté rayado.
3º. Montar la mesa con tiempo:
Se debe montar la mesa el día anterior o la misma mañana, así se verá lo que falta. Si se quiere se pueden poner bajoplatos y platos de pan, pero si no se tiene, se recomienda usar platos llano y platitos de café. Al decorar, nada debe impedir a los invitados conversar entre sí; por ello, se tienen que colocar adornos sencillos y bajos.
4º. Cómo se va a servir la mesa:
Se tiene que buscar la forma que dé más seguridad. Si se decide que los invitados se sirvan directamente, se debe situar el servicio a su derecha; si el anfitrión sirve, debe hacerlo por la izquierda de cada comensal; si bien, la forma más sencilla es presentar el plato a los comensales y preparar las raciones a la vista, con la ayuda de una mesa auxiliar.
5º. Cuando se termina la comida:
Se recomienda recoger y dejar solo el mantel. Se tiene que rechazar amablemente la ayuda de los invitados y ofrecerles una infusión o un café.
Foto vía Gastronomía & Cía