Un buen aislamiento supone pagar entre un 25% y un 60% menos en la factura de gas y luz. Por tanto, una casa mal aislada puede gastar el doble que una bien aislada. El gasto se amortiza en dos años.
Además, si tu vivienda es anterior a 1979, es posible que no tenga ningún aislamiento; si es anterior a 2006, será deficiente, y si es posterior a esta fecha, seguro que cumple los requisitos.
1º. Techo y suelo:
Si no se tiene falso techo, se pierde hasta un 25% de calor. Poner uno de escayola, de 10 milímetros saldra desde unos cuatro euros por metro cuadrado.
Si se tiene falso techo, hay que rellenarlo con celulosa hidrófuga y el aislamiento será casi total. No roba altura y se hace en unas cuantas horas, y además es ecológica. El suelo se aísla solo con ponerlo de madera, corcho o laminado.
2º. Las paredes:
Cuando los muros son finos y no se tiene cámara, se puede poner delante trasdosados: paneles de cartón yeso que se pintan. Supone hasta un 50 % de ahorro en la factura.
También se puede aplicar sobre la pared corcho proyectado. Una vez seco, hay que dar una mano de Aquaplast y luego se puede pintar o empapelar. Se pierdes un centímetro en el perímetro de la habitación, pero se recupera un 50% del calor.
En caso de que se tenga cámara, se puede insuflar lana mineral: se ahorra hasta un 35% en la factura. No necesita obra, se puede hacer por dentro o por fuera de casa, no se pierde espacio útil y está terminado en uno o dos días.
3º. Las ventanas:
Con las ventanas metálicas se pierde hasta un 30% de calor. Se recomienda comprar la ventana en pack, es decir, que incluya la persiana (sistema monoblock). Con ello, se evitarán pequeñas rendijas que rompan el aislaiento.
También se puede forrar solo el marco de la ventana con uno de PVC y cambiar las hojas. Se ahorrará unos 100 euros. Hay que renovar sobre las ventanas más expuestas.
Foto vía Blog Hogar
