Vamos a terminar la semana comenzando nuestro verano de bricolaje con la restauración de una barandilla. Tenemos una barandilla de hierro que está oxidada por el paso del tiempo, además ésta tiene un poyete de piedra que está previamente pintada de blanco.

 

Para restaurar la barandilla primero lijaremos la pintura sobrante tanto de la barandilla como de la piedra, aquella que se ha levantado. Una vez lijadas esas partes debemos darles una capa de imprimación, pero ¿Qué es la imprimación? Pues ésta ayuda a que materiales como la madera, la piedra o el metal; que son más porosos, cojan la pintura perfectamente y no se levante al transcurrir unos meses. 

 

 

Como imprimación nosotros hemos escogido un todo terreno, un fondo y pintura selladora de color blanco, porque después pintaremos la barandilla también de blanco, por lo que de este modo utilizaremos menos capas de pintura después. Aplicamos la capa de imprimación y dejamos secar durante seis horas; la hemos escogido al agua para que seque antes, porque el agua se evapora más rápido que el aguarás. 

 

 

Una vez aplicada la capa de imprimación y seca, escogeremos una pintura esmalte blanco para cubrir la superficie, también la hemos escogido al agua, porque aunque sale un poco más caro, seca más rápido, no huele y es más sencillo para lavar los pinceles y las cubetas.

 

Para los que no lo sepan existen pinturas al agua, al aceite o al aguarrás; todas ellas se limpian con el mismo disolvente que lleven, es decir, que en las pinturas al agua, los pinceles se limpiarán con agua, y así con el resto. ¡Hasta la semana que viene!.

 

 

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