Los actuales muebles de baño han desterrado los tocadores de antaño al olvido, pero no nos engañemos, por muy espaciosos y modernos que sean, jamás podrán superar en elegancia a un tocador.

Un tocador posee la magia de convertir un aburrido rincón del dormitorio en un romántico espacio donde arreglarse, con la comodidad de estar sentada frente al espejo, con todo a mano y perfectamente ordenado.

Pero no obstante, y aunque siempre he tenido el capricho de tener un tocador en mi habitación, la verdad es que hoy en día no se encuentran fácilmente. Así que para facilitaros un poco las cosas, y de paso pasar yo un rato entretenido, he buscado algunas soluciones.

Mi primera parada ha sido en la archiconocida Ikea. Seguramente estaréis pensando que los muebles de Ikea son demasiado modernos para tener tocadores, pero no caigáis en ese error. Un tocador no tiene cabida sólo en las habitaciones clásicas, a las habitaciones modernas pueden darle ese toque de calidez que necesitan; y no olvides que se lleva mucho el mix moderno-vintage.

Ikea. Tocador Hemnes. 199€
Ikea. Tocador Hemnes. 199€

Otra opción es convertir un escritorio en un tocador, y para ello sólo tienes que añadirle un bonito espejo. Además, en este caso puedes optar por darle un aire más barroco, o más contemporáneo.

Ikea. Espejo Sörli, 4,99€. Escritorio Linnarp, 139€.
Ikea. Espejo Sörli, 4,99€. Escritorio Linnarp, 139€.
Homes in Heaven. Escritorio y espejo Antoinette dressing.
Homes in Heaven. Escritorio y espejo Antoinette dressing.

Pero un tocador no es un tocador sin sus complementos. Así que no olvides buscar una bonita butaca y una lámpara. Y por supuesto, darle vida con los potingues del maquillaje, joyas, y un par de perfumeros antiguos para darle un toque de glamour.

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