Se puede conseguir el equilibrio en el salón mezclando varios estilos decorativos. La clave residda en que los distintos elementos de la decoración se compensen. Para ello se deben seguir las siguientes claves:
1º. Paredes, en tonos neutros:
Entonces, los protagonisats son los muebles, los asientos, …, y el salón no quedará recargada. El gris azulado es otra buena apuesta pues da más calidez que el blanco y disimula defectos.
2º. Los sofás, lisos:
Los sofás de líneas rectas ponen la nota actual y además sirven de base para mezclar cojines de distintos tonos. Incluso se pueden combinar tonos y texturas. Por ejemplo, una chenilla se actualiza con tonos de moda.
3º. Butacas vintage y banqueta clásica:
Estas piezas, al no ser tan grandes como el sofá, sí que admiten un estilo más marcado. Quedan muy bien las butacas de piel, de aire vintage, o la banqueta, un clásico que se aligera gracias a la tapicería blanca.
4º. Mesas rústicas, pero ligeras:
Este es el gran secreto para que estas mesas no desentonen con el resto. Se debe elegir un rústico de líneas sencillas y no excesivamente robustas.
5º. La alfombra, de un solo tono:
Es la mejor opción para no recargar la estancia. Con ello, la alfombra recoge la zona, unifica y da calidez.
6º. Los detalles también cuentan:
A la hora de completar un ambienet, los complementos mandan. Y también en ellos hay mezcla de estilos. Por ejemplo, se puede apostar por unos candelabros que imiten a los antiguos, pero modernizados con un color turquesa.
Otra opción que va muy bien cuando se mezclan distintas tendencias son los complementos de cristal, puesto que casan con todo. Por ello, recomiendo optar por colocar recipientes de cristal transparante. También triunfa un flexo retro con color turquesa.
Foto vía Shiito
