Tenemos un recipiente en casa y no sabemos que hacer con él mismo. Además, nos han regalado unas flores y no sabemos donde colocarlos. Pues ya está. Podemos transformar dicho recipiente en un práctico jarrón para flores . Sin gastar un euro y de forma sencilla, habremos conseguido un magnífico florero.

Si tienes una caja sin usar, no la tirres, puedes decorarla con papel. En primer lugar, se forrar con papel vinílico autoadhesivo, que es más resistente y no necesita pegamento; primero, el contorno, alisando con la mano para evitar las burbujas y doblando los bords, y luego la base.

Si la caja es de cartón se puede impermeabilizar con cola vinícola o goma laca. Luego, se mete espuma de floristerías en una bolsa de plástico, se empapa con agua, se oculta dentro de la caja y se pincha en ella las flores que uno quiera.

Otra opción muy bonita y recomendable es conseguir que unas jarras se conviertan en unos bonitos floreros. Algo básico pasa por elegir las flores y los jarrones de coloerse similares. Ello ayudar a dar mayor protagonismo al florero. Asimismo, si el recipiente está decorado con flores, el arreglo quedará precioso eligiendo variedades iguales o muy parecidas, y en el mismo juego de colores.

Por otra parte, podemos aprovechar las piezas sueltas de la vajilla, el juego de té, azucareros, tazas, cuencos, soperas o cualquier pieza para obtener un práctico jarrón. Por ejemplo, en un tetera podemos colocar un ramo de ranúnculos y capullos de rosa, muy compacto, para ajustarse a su boca estrecha.

Además, se puede usar tela de gallinero, es decir, una teka metálica y flexible a la que se puede dar la forma que uno quiera y que sirve para sujetar en ellas las flores. Por último, existen bases de de metal con clavos (claveros) en los que se pinchan las flores para que queden tiesas y bien situadas.

Foto vía  Casa Original

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