Para que un dormitorio esté siempre limpio, pulcro y ordenador, más que pasarse el día y la noche con el aspirado, se debe acertar con los materiales y planificar de forma adecuad el armario.
1º. Las paredes:
Si vas a pintar, hay que elegir pinturas plástica pues se puede limpiar con un paño húmedo. Todavía mejor es el papel vinílico, especialmente para los niños, porque se renueva con suma facilidad.
Se puede optar por combinar un vinílico con un zócalo de melamina. Ambos se disponen sin obras, no se arañan, ni de deforman y se limpia con agua y jabón. Además, no conviene decorar las paredes en exceso para no tener que estar pasando el plumero cada día.
2º. Los muebles:
La melamina resulta la mejor opción tanto para las puertas de armario como para los auxiliares. Sobresale por su precio, su resistencia a los golpes y porque no precisa cuidados especiales. Asimismo, recomiendo elegir puertas lisas y sin cristales, ni espjejo, para trabajar menos en su limpieza
3º. Los suelos:
Los suelos laminados resultan resistentes e incluso existen con acababado antiarañazos. El porcelánico es otra buena opción pues es higiénico y muy resistente, además si lo colocas rectificado te olvidarás de limpiar juntas. Si quieres poner alfombrase, recomiendo las acrílicas o de lana de pelo corto que resisten muy bien el desgaste y acumulan menos polvo.
4º. Los armarios:
El armario debe estar ordenado y accesible para todos los miembros de la casa. La barra se debe instalar a la altrura de quien la vaya a usar con el cometido de que sea fácil sacar y meter la ropa. Las baldas se deben separar de 20 a 30 centímetros. De este modo, cuando se saque una prenda, no se vendrá encima una columna de ropa.
En cuanto a los cajones, se deben colocar a la altura de la cintura y poco profundos para localizarlo todo con un simple vistazo. Finalmente, en cuartos infantiles o para los mayores, lo más cómodo son las baldas extraíbles en los zapateros.
Foto vía Visitascasas.com
