A la hora de decorar nuestro dormitorio resulta fundamental acerta en la elección del colchón, el somier y la almohada. Nuestra habitación gana muchos enteros dependiendo de nuestra sabia elección.

En primer lugar, la elección del somier está directamente relacionada con el colchón para crear un equipo de descanso ideal. De forma que un colchón muy firme, no precisa una base demasiado firme, sino una que proporcione cierta adaptabilidad.

En cuanto a la almohada, se debe cambiar al mismo tiempo que se cambia de colchón para que se ajuste a la firmeza de éste. Si duermes boca abajo o boca arriba, te interesa baja y adaptable para reducir la tensión del cuello; si duermes de lado, se depe optar por una almohada alta.

En relación al colchón, se puede optar por uno u otro según los siguientes aspectos:

1º. Peso y talla:

Si pesas mucho precisas una firmeza media. Si pesas poco, uno adaptable. Asimismo, no hay que olvidar que debe medir siempre 20 centímetros más que tu estatura. Hay colchones por tallas.

2º. Temperatura:

Si eres excesivamente caluroso, te recomiendo uno colchón de muelles o de los que incorporan cámara de área interna. Otra opción son los termorreguladores, que se adaptan a la temperatura de cada momento y de tu propio cuerpo.

3º. Niños:

El colchón para los niños hasta los dos años debe ser suave y confortable, no demasiado blando, hipoalergénico y desenfundable. Desde los tres años y hasta los 16 años, hay que colocar un colchón de firmeza media y adaptable para que resulte confortable.

4º. Postura al dormir:

Si duermes boca abajo, te recomiendo un colchón firme para que no sufra la cadera; si lo haces boca arriba, uno medio; y si te pones de lado, te interesa mejor uno suave (menos firme).

Finalmente, encima de cama, podemos colocar todo tipo de objetos, almohadones, cojines y demás elementos decorativos que darán un toque singular  y propio a nuestro dormitorio.

Foto vía Blog Fixalo

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