Los expertos aconsejan cambiar de colchón cada aproximadamente 10 años. La clave es acertar en la elección. Para ello, os dejo una serie de consejos interesantes.
1º. La calidad del colchón:
La calidad viene determinada por su elasticidad, firmeza, regulación de la temperatura y humedad y su durabilidad. Los materiales no son mejores ni peores; son las características de las personas las que deben determinar su elección.
2º. ¿ Duro o blando?:
Ni lo uno ni lo otro. Lo importante es la firmeza. Para evitar o aliviar problemas de espalda, lo ideal es que sea de 5,6 grados de acuerdo a la escala europea de firmeza de colchones (va del 1 al 10).
3º. ¿ Látex o muelles?:
Si uno tiene problema de huesos, los colchones de látex se adaptan muy bien al cuerpo y a su temperatua. Su inconveniente es que apenas transpiran. Los colchones de muelles resultan muy adecuados si se tienen problemas de vértigo porque dan mayor sensación de gravidez que los otros materiales.
4º. El somier:
Si el colchón es de látex, que sea de lamas de madera para que respiere. Los canapés, mejor para los viscoelásticos o muelles, les aportan más firmeza.
5º. Un colchón viscoelástico:
Si se tiene problemas de circulación, estos colchones son los más adecuados. Hay que tener cuidado porque los hay de varias calidades. Generan calor, así que si eres caluroso olvídate de este material.
6º. La almohada:
La almohada tiene que respetar el cuello. Se debe elegir gruesa y firme si se duerme de lado. Si se hace boca arriba, su firmeza y su grosor debe ser medio. Y si la postura preferida es boca abajo se tiene que optar por una blanda y fina. Además, la almohada se debe cambiar cada 2-3 años.
7º. Si se tiene alergias:
El caucho natural (látex) es una barrera antibacteriana y antiácaros. Si prefieres otros materiales, que lleven tratamientos específicos.
Foto vía Mi Colchón
