En una vivienda, se pueden usar revestimientos que son decorativos y que, encima, se ponen rápidamente y se limpian de forma sencilla. Y por si fuera poco con esto, ni se manchan ni se estropean.
1º. Papeles vinílicos superhigiénicos:
Llevan incorporados tratamientos antibacterianos y fungicidas y se limpian solo con agua y jabón. Además, gracias a su composición, con soporte de algodón, son más resistentes que los tradicionales pintados.
2º. Paneles sándwich muy aislantes:
Tienen un gran poder aislante termico y acústico, igual que los tradicionales paneles de cartón-yeso, porque, lo mismo que éstos, incorporan un núcleo aislante, en este caso de lana de roca.
Su ventaja radica en el ahorro de tiempo y de trabajo que proporcionan, ya que, una vez han sido instalados, no hay que pintar ni empapelar ya que las caras exteriores son de madera.
Son perfectos para aislar y decorar en un solo paso, tanto si se traa de obra nueva como si es una nueva rehabilitación.
3º. Un capitoné que no se mancha:
En realidad son placas de poliuretano con un acabado que imita este típico acolchado mullido y con botones. También se puede simular un cabecero con ellas. La pared queda protegida de frío, calor y ruido.
4º. Cerámica en el salón, muy cálida:
Los nuevos modelos en láminas de gran tamaño, donde apenas se aprecian las juntas, resultan muy elegantes. Y en acabados que imitan madera, piedra e incluso acero crean ambientes acogedores. Hay unos finísimos (de 3 a 5 milímetros) con los que también se pueden recubrir los muebles a juego.
5º. Corcho que decora:
Lo pones y ya está listo. La pared queda decorada y completamente aislada sin tener que pintaer o empapelar después. Se ahorra trabajo y tiempo.
Por último, el corcho se tiene en losetas de distintos colores, o también con acabados a la cera, al barniz, etc. Además, su instalación es sencilla: tan solo se necesita un adhesivo de contacto.
Foto vía Decoración Facilisimo
